sábado, 24 de septiembre de 2016

Nostalgia, Mircea Catarescu

“No podía ofrecerle sino mi miedo ciego a perderla. Para mí, Gina era mucho más que una novia, era un ser imposible de soportar, una droga demasiado fuerte que, sin que yo supiese controlarlo, se estaba convirtiendo en adictiva. Sabía que más pronto que tarde fracasaría, que Gina me abandonaría. Pero en el portal de su casa, en una oscuridad tal que apenas podíamos adivinar el perfil de las caras, nuestros gestos de amor eran cada vez más desinhibidos, cada vez más atrevidos.”

Pasaje de: Cărtărescu, Mircea. “Nostalgia.”

Legión y El alma del emperador, Brandon Sanderson

“«Tan poco tiempo», pensó. Si sus cuentas eran correctas, solo quedaba un día para su ejecución pública.
Por dentro estaba tan tensa como las cuerdas de un instrumento. Un día. Solo le quedaba un día para crear un sello de alma y escapar. Pero no tenía ninguna piedra de alma, solo un burdo trozo de madera, y su única herramienta para tallar era un tenedor.”

Pasaje de: Sanderson, Brandon. “Legión y El alma del emperador.”

Rapsodia gourmet, Muriel Barbery

En su lecho de muerte, aquel hombre que había sido un dios, reconocido y temido al mismo tiempo, bucea en sus recuerdos para descubrir aquel sabor con mayúsculas superior a todos los demás.
En un alarde de conocimientos y con una continua alusión a los sentidos, la autora no abandona el humor tan propio de su obra,  que estalla en las últimas páginas de esta historia.

El libro de Rachel, Martin Amis

Aunque a veces los pensamientos del protagonista tienen un claro toque humorístico, los comentarios vulgares y totalmente gratuitos destruyen el relato.
Ha recibido el premio Somerset Maugham ...

Espejismo, Louise Coper

Brujas, magas, héroes y heroínas; todo confluye en esta novela fantástica que mezcla el pasado y el presente para derrotar al mal.

Entre tonos de gris, Ruta Sepetys

Basado en diferentes relatos de supervivientes de los campos de castigo de Stalin, la protagonista de esta historia cuenta en primera persona los sufrimientos de un grupo de personas deportadas a Siberia y tratadas como criminales, sin distinción de ancianos o niños, por el único motivo de ser gente culta en el momento en que Stalin invade la república de Lituania.