miércoles, 5 de mayo de 2010

La última lectura obligatoria del curso

Has leído El camino, de Miguel Delibes. Debes demostrar que lo has entendido y que eres capaz de aplicar lo que has estudiado en clase. Para ello, te propongo un trabajo voluntario: imagínate que estás asistiendo al velatorio del Tiñoso ; describe lo que ves, oyes, hueles... (no olvides citar a los personajes del libro que allí se encuentren). Utiliza el cromatismo y las sinestesias.
¡Ánimo!
Además, puedes ver el principio de la versión cinematográfica.

La naturaleza, la infancia y la muerte, constantes en la obra de Delibes


3 comentarios:

Ángela dijo...

Cuando Daniel, el Mochuelo, entró en el pequeño cuarto naranja, sintió el aire negro que invadía toda la atmósfera y a toda la gente. Don José, el cura, que era un gran santo, todavía no había llegado. El Mochuelo se sentía gris como una tormenta antes de descargar, su amigo, su mejor amigo ya no volvería a reír ni a buscar pájaros rubios. Muchas mujeres como las Lepóridas y la Guindilla Mayor, besaban el lívido y pálido rostro del Tiñoso. Sus hermanos le habían cubierto la cabeza con un paño blanquecino para que no se viese el rojo estridente de la sangre. La madre del Tiñoso, la Tonta, que normalmente estaba amarilla, estaba ahora marrón y decaída. Esta agarró al Mochuelo y lo estrujó fuertemente entre sus brazos, pues decía que era como abrazar a su hijo y besarle las calvas blancas suaves.
Entonces, fue cuando a Daniel, el Mochuelo se le ocurrió una verduzca idea. Cogió el pájaro que tenía en el bolsillo. Era un tordo ceniciento, esmeralda y carmesí, justo como le gustaban al Tiñoso. Depositó el pájaro cuidadosa y pausadamente en el féretro blanco como la nieve. En ese mismo instante le invadió una sensación azul, tenía unas ganas incontenibles de llorar y sin embargo tuvo que cortarse porque el Moñigo lo miraba con ojos de un rojo chillón, amenazadoramente.

Xiana dijo...

Xiana 2ºB
Hoy es el funeral del Tiñoso. La gente está sumida en la tristeza, y lo ven todo de color negro. Todas las caras están mojadas, algunos ni siquiera volverán a sonreir en mucho tiempo... al fin y al cabo, el Tiñoso solo era un niño feliz, no se merecía la muerte.

Noelia 2ºA dijo...

El camino:
Siento que hay un aire de tristeza en todos los rostros, hasta el de don José.
Yo tengo la barriga revuelta a causa del dolor, y no soy capaz de aguantar las lágrimas mucho más, pero me dijeron que no debía de llorar.
Mientras estaba allí tenía en la cabeza recuerdos de cuando él todavía estaba vivo, y yo con él.
Todos estaban tristes y todos habían acudido, y uno tras otro despues de rezar le echaron sendas monedas.