Al principio, creí encontrarme ante una de esas novelas sobre costumbres inglesas que tanto me aburren, pero me equivocaba.
Una primera parte introspectiva da paso a una segunda más dinámica que concluye a gusto del lector...¿o no? Al final, no puedes evitar un regusto amargo y un sentimiento de rebeldía ante los hechos y te das cuenta de lo fácil que es a veces destrozarle la vida a una persona.
Una novela impresionante que no te abandona aun después de acabada.
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