Estupenda adaptación de De ratones y hombres, la novela de John Steimbeck, en la que se da una perfecta simbiosis entre los textos y los dibujos; como debe ser, sin que estos ni aquellos compitan por sobresalir.
A pesar de estar dibujada en blanco y negro, permite ver el color verde del río y su transparencia ( al menos, yo los he visto) e intuir las palabras allá donde no existen. Los textos, precisos, quedan nítidamente grabados. Es sorprendente la viñeta en la que por enésima vez uno de los personajes describe al otro el rancho que van a tener.
No soy una apasionada de la novela gráfica, pero, si todas
fueran como esta, me haría adicta.
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