Primera parte de sus memorias, escrita, según él, a los 32 años, que nos permite apreciar toques de humor tan del gusto del autor.
Su infancia en Iria y en Tuy nos descubren a un niño que siente y piensa como tal, aunque a veces sea la pluma del escritor adulto la que nos hace sonreír, e incluso reír, con páginas realmente geniales.
Muy recomendable si se consigue pasar las primeras páginas en las que la genealogía ocupa el lugar principal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario