“No podía ofrecerle sino mi miedo ciego a perderla. Para mí, Gina era mucho más que una novia, era un ser imposible de soportar, una droga demasiado fuerte que, sin que yo supiese controlarlo, se estaba convirtiendo en adictiva. Sabía que más pronto que tarde fracasaría, que Gina me abandonaría. Pero en el portal de su casa, en una oscuridad tal que apenas podíamos adivinar el perfil de las caras, nuestros gestos de amor eran cada vez más desinhibidos, cada vez más atrevidos.”
Pasaje de: Cărtărescu, Mircea. “Nostalgia.”
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